La bacteria Ralstonia solanacearum Raza 2, conocido comúnmente como “moko del plátano”, es un fitopatógeno que ataca todas las variedades de plátanos, considerado también como uno de los problemas fitosanitarios más serios que afectan a las Musáceas en las regiones tropicales y subtropicales del mundo, además de ser un factor determinante en la restricción comercial de la producción.
El moko es una enfermedad que afecta al plátano y al banano, también se le conoce como maduraviche o ereke. Puede sobrevivir hasta 25 años sin necesidad de un cultivo. Se transmite del suelo a las raíces sanas, pero también puede ser transmitida por el ser humano o por polinizadores. Los síntomas son muy variables y tardan en desarrollarse desde el inicio de la infección, plantas aparentemente sanas pueden transmitir la enfermedad.
La importancia de la plaga radica en su permanencia durante todas las etapas de desarrollo del cultivo, al no tener cura, una vez establecida, es indispensable establecer medidas de bioseguridad y actividades que apoyen a la mitigación del riesgo.
La bacteria sobrevive en la rizosfera de malezas hospedantes, asimismo, puede permanecer latente en residuos de cosecha y sobrevivir varios meses en el suelo sin un hospedante hasta encontrar las condiciones apropiadas.
¿Cómo se disemina la bacteria?
- Del suelo a la planta o por el agua de riego
- A través de calzado y maquinaria
- Movimiento de plantas infectadas
- En herramientas al deshojar, deshijar o cosechar
- Por insectos polinizadores como las abejas negras del género trigona
- En material de propagación infectado
- Por escorrentía superficial
Síntomas más comunes:
- Amarillamiento de la hoja central, la cual se torna de color amarillo-verdoso, se debilita y posteriormente se rompe al nivel de la unión del limbo con el peciolo.
- Avanza la enfermedad hacia las hojas más viejas, presentan en sus bordes, bandas amarillas con márgenes obscuros.
- En hijuelos, presentan amarillamiento y flacidez en las hojas más viejas. Además de muerte de la hoja central, hacia las hojas exteriores.
- Al realizar un corte transversal en cormos infectados se observan bandas de color marrón o negro que corresponden a los haces vasculares infectados por la bacteria.
- Pseudotallos enfermos segregan un exudado bacteriano e internamente los haces vasculares toman una coloración café clara a café-obscura, debido al bloqueo de los vasos conductores.
- Tono amarillento en la pulpa de los frutos inmaduros y pudrición seca. Maduración prematura de frutos
- Los síntomas anteriores son muy similares a los causados por el mal de panamá, otra enfermedad. Pero hay síntomas claves en la infección por ralstonia solanacearum.
¿Cómo debo manejar el moko en mi cultivo?
- Es necesario realizar un manejo integrado, combinando múltiples prácticas que en conjunto pueden mantener la enfermedad bajo control.
- Emplear material de siembra certificado, para no permitir la entrada de la enfermedad al terreno.
- Añadir materia orgánica y lixiviado de compost para favorecer un suelo saludable.
- Eliminar botones florales masculinos para evitar dispersión por polinizadores. Se pueden embolsar los racimos para evitar transmisión por polinizadores. Se recomienda usar un palo de madera bifurcado, que a diferencia de las herramientas metálicas no transmite la enfermedad.
- Desinfección de herramientas, calzado, llantas de vehículo y maquinaria que se traiga de afuera de la finca. Se puede usar cloro a una concentración de 2,6% o superior, renovando la solución cada 3h después de exposición al sol.
- Si la enfermedad está en el terreno, se deben desinfectar las herramientas al deshijar, deshojar o cosechar entre una planta y otra.
- Erradicar las plantas enfermas, y a sus vecinas en un radio de 5 m. Se puede emplear 50 ml de glifosato inyectado al 50% o podar la parte aérea y quemar los restos en el sitio con cáscara de arroz. La quema se debe repetir 3-4 semanas después.
- Realizar drenajes alrededor de las plantas enfermas para que la escorrentía no disemine la enfermedad.
Mantener un buen manejo sanitario en la finca y seguir estas buenas prácticas puede ser esencial para reducir el impacto de la enfermedad del moko en el cultivo de banano.
Ing. Gabriela García